Te aviso: si estás buscando cuatro paredes y un tejado, esto no es para ti.
Aquí no vienes a vivir, aquí vienes a sentir.
Porque esta masía catalana del año 1800 no es solo una casa. Es un refugio. Un escondite. Un grito silencioso entre olivos, bosque y tierra fértil. Una finca de casi 24.000 m² que te dice al oído: “tú no necesitas más ruido”.
A 9 kilómetros de Girona, pero tan lejos del estrés como quieras estar. Con 250 m² distribuidos en dos plantas restauradas con respeto y con huevos, conservando lo mejor de su esencia original.
¿Qué tiene?
- Cocina americana donde el desayuno sabe a domingo.
- Salón con chimenea donde el tiempo se detiene y las conversaciones se alargan.
- Terraza con porche y barbacoa para comidas que acaban de madrugada.
- Piscina con pérgola desde la que miras los campos y te crees en la Toscana (pero estás en Girona).
- Granero reformado, ahora sala diáfana y aseo. Sí, el estudio que siempre soñaste.
- Cuadra con boxes para caballos, porque aquí puedes tener caballos y no parecer un flipado.
- Garaje, almacenes, zona de herramientas y anexo para posible vivienda de invitados.
Y luego está el terreno…
Aquí no hay jardín. Aquí hay vida: bosque, huerto, olivos, prados, una finca vallada que no necesita adornos.
Agua de pozo propio, calefacción de gasoil, tranquilidad brutal.
Ah, y todo esto, a:
- 15 km del Golf PGA Catalunya
- 37 km de Platja d’Aro
- 96 km de Barcelona
Y no, no es una propiedad para todo el mundo.
Es para el que sabe que estas cosas no se repiten.
Ref. V.372